Lo recuerdo como un libro bastante entretenido, pero lo mejor, es que recuerdo que después de cada lectura estaba consignado su autor y al final del libro, los tipos te ponían una breve reseña del creador y del texto que uno acababa de leer.
Si bien no era malo en lectura, husmeando en el libro me había cautivado un poema que transcribo a continuación, y que se llama "Mensaje a mi Ñieto".
Lo leí tantas veces que me lo aprendí de memoria, y siempre dije que el día en que tenga un ñieto/a, ese será mi primer regalo.
El caso es que este texto, también me ha dado satisfacciones académicas, ya que al saberlo de memoria, cuando la maestra pedía que elijamos algo del libro para leer en voz alta frente a la clase, yo elegía esta poesía y -obviamente- me lucía en su interpretación.
Como la "Señorita" tenía mala memoria y no llevaba un registro detallado de lo que habíamos leído, gracias a las palabras de Juan Burgui y a un poco de histrionismo de mi parte, pude darle más de una alegría a mi madre al mostrarle un "10" en "Lectura en Voz Alta".
Bueno...
Ya está la anécdota...
Ahora sí... Del libro "Las Voces del Tiempo" de Juan Burgui, los dejo con:
"Mensaje a mi Ñieto"
Llegaste a mi al declinar la tarde
-hermosa realidad de un largo sueño-
y fue al fin del otoño primavera,
y del tronco añoso, hubo un retoño nuevo.
Hijo de un hijo,
doblemente hijo,
eso eres, mi nieto,
que hoy has venido a prolongar mi vida,
mi nombre,
mi recuerdo...
Quizá, repitas en tu vida de hombre
algunos de mis rasgos y mis gestos;
mas quiera Dios que en ti no se repitan mis errores,
tampoco mis defectos.
Nieto,
mi nieto, escucha:
se un ser útil y bueno.
Toma, no mas de lo que tu mano
pueda contener sin esfuerzo;
quien posee muchas cosas es su esclavo,
quien tiene pocas cosas es su dueño
y es mas libre aún.
No olvides nunca que la libertad es bien supremo.
Recuerda que alguien escribió un día
sobre la puerta de su casa esto:
"Todo era de otros y todo será de otros"
y yo agrego:
Que no es mas rico el que posee mas bienes,
sino aquel que atesora mas recuerdos.
Sé sencillo, cordial, afectuoso,
que siempre has alguien que demanda afecto.
Tal vez no alcances gran sabiduría,
acaso no poseas gran talento;
no importa,
hay un talento,
el que mas vale,
y es el del corazón.
Porocura haberlo;
para ello trata de guardarlo puro
el corazón, como el de un niño, y luego,
ya hombre, puedas conservar por siempre
al niño aquel que fuiste en el comienzo;
que así tendrá mejor sabor la vida,
y mejor gozarás, cuanto hay de bello.
Nieto mio, repito:
procura ser útil y ser bueno;
hoy te lo pide el padre de tu padre,
por dos veces tu padre, que es
TU ABUELO.
¡Gracias, Juan Burgui!)
(...Hermoso... Sin dudas, hermoso...)